Enero 2012
Todo comenzó con una voluntaria. La fundadora de Casita Copan, Emily Monroe, estaba trabajando como maestra en una escuela bilingüe en Copan Ruinas, y en su tiempo libre hacia voluntariado en un orfanato local. Le impactaron mucho las condiciones de vida de los niños, pero también se sintió muy inspirada por sus personalidades jocosas. Emily empezó a recaudar fondos para mejorar las condiciones del orfanato, y estuvo muy sorprendida por todo el apoyo que logro recibir por parte de gente de todo el mundo, gente interesada en el bienestar de estos niños maravillosos.